El balayage es una palabra francesa que, atinadamente, significa “barrer”. Son luces altas y bajas pintadas a mano alzada al azar a través de los mechones, que añaden una dimensión reflectante y luminosidad. Gran parte del color se centra desde los medios hasta las puntas, pero los efectos más favorecedores se logran cuando se aplican reflejos sutiles también a través de la línea del cabello.
Cuando escuchas la palabra “balayage”, puede que lo primero que te venga a la mente sean las mechas rubias. Sin embargo, esta técnica es mucho más que añadir unos rayos de sol a las puntas. Todo tipo de tonos, desde pasteles a castaños oscuros o a brillos de arcoíris, pueden recibir el tratamiento de balayage, por lo que este es uno de los servicios de color más versátiles que tus clientas pueden elegir.
![Balayage](https://static.wixstatic.com/media/f57a3f_881512a02b3247048a5fca098b33c7c1~mv2.jpg/v1/fill/w_147,h_77,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,blur_2,enc_auto/f57a3f_881512a02b3247048a5fca098b33c7c1~mv2.jpg)
Las tendencias para este otoño apuntan a la gama de colores toffee o caramelo con un barrido que deje ver la profundidad del tono base, también se le agregan sutiles reflejos dorados para aportar más dimensión y luminosidad al rostro.
Debido a que respeta el tono original del crecimiento, no es un tinte que requiere alto mantenimiento, pero sí debe retocarse para conservar el brillo y los colores intactos.
Y para que se vea todavía más trendy, te sugerimos llevarlo con los mechones del contorno del rostro más claros (como la técnica de money piece hair) y con tonos caramelos matizados. Esto quiere decir que no se deben inclinar demasiado hacia el amarillo o el anaranjado.
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